Para empezar con la sección de deporte voy a contar la historia de un chico que se ha caído muchas veces pero aún así sigue levantándose, quizá no sean las mayores caídas, pero ahí están.
Y es que este chico, al que llamaremos Pedro, ha sido un apasionado del deporte toda su vida. Pero no deporte desde el punto de vista estético o de salud, sino a la competición la adrenalina, el resultado del trabajo bien hecho, el compañerismo y los valores que se aprenden jugando en equipo, en su caso todo esto lo englobaba el baloncesto y su equipo, que a pesar de cambiar de club siempre ha sido el mismo, y si viene alguien nuevo siempre se le acepta como a uno más de toda la vida.
Todo está muy bien hasta que Pedro va al médico con 11 añitos porque le duele la rodilla, y resulta que tiene la enfermedad de Osgood Schlatter, que no es más que una complicación debida al crecimiento. Muchas veces se soluciona guardando reposos un tiempo hasta que la rodilla se termina de cerrar y se queda ahí.
A Pedro le dijeron que tenía que dejar el baloncesto, nadie aclaró que fuera solo por un tiempo por lo que no hizo ni caso y siguió jugando porque es su pasión. Ahora tiene 19 años y pesa el doble que antes, la rodilla no puede con tantos kilos y tiene que dejar el baloncesto y ver si puede operarse y lo que es peor si la operación le quita el dolor, porque se ve que no siempre es así.
Ahora es cuando todo empieza a complicarse, deja el baloncesto, su equipo y no es capaz ni si quiera de seguir viendo los partidos de sus compañeros, su familia. Él ve que físicamente ha empeorado muchísimo porque ya no hace nada ha cogido 15 kg y no se siente nada ágil. Decide apuntarse a un gimnasio porque su meta es estar en forma hasta operarse y volver a jugar.
En este gimnasio descubre la calistenia y el street workout que no es lo típico de hacer el mismo gesto mil veces en una máquina de un gimnasio, porque, como ya he mencionado, a él no es que le importe la estética sino superar retos y divertirse. Aquí conoce a mucha gente que le apoya y le enseña y es gente muy valiosa pero esta disciplina es muy dura y requiere mucho esfuerzo y sacrificio hasta llegar a un nivel mínimo que no es otra cosa que acostumbrarse a sufrir.
Muchos días no quiere ir al principio para casi siempre porque se marea, quiere vomitar, tiene jaquecas e incluso pesadillas porque no es a lo que ha estado acostumbrado siempre y no deja de ser un gimnasio que, aunque menos, puede ser aburrido. Empezamos ahora con las caídas pequeñas, caídas de ánimo, de motivación y no solo motivación a la hora de hacer deporte, sino en general, escusas, el truco de el Lunes empiezo, pero no se ha rendido, ha caído mil veces y en muchas le han tenido que levantar porque él solo no podía, pero se dejaba ayudar. Y siempre da las gracias a su equipo que aunque ya no juegue todos le esperan y siempre están pendientes de su rodilla y de si puede volver y eso le daba fuerzas para seguir con su objetivo.
Y en un año ha conseguido los mismo resultados que en medio año si hubiera sido constante, pero el chico ahí sigue luchando y no es el más fuerte, ha visto como otros luchaban más pero él tiene la fuerza suficiente y cada vez se siente mejor con su fuerza funcional y con los resultados que empieza a ver, todo siempre enfocado a poder volver a jugar al baloncesto.
Esta historia no es nada más que para tratar de motivar a la gente que quiere hacer deporte pero sufre muchísimo porque no está acostumbrado y es que esta persona me dijo que aprendió una gran lección mientras buscaba como seguir adelante:
Nadie te puede ayudar a ser constante ni puede darte trucos para seguir adelante, lo "único" que pueden hacer es de cualquier forma motivarte para que puedas seguir adelante y eso es lo que quiero transmitir con esta historia, motivación.
En el siguiente post contaré algunos consejos que ha aprendido y utiliza Pedro para motivarse.